Mi nombre es Hugo, y llevo varios años en este ambiente donde he podido conocer a personas muy agradables.
Esta vez voy a platicar el encuentro especial con una pareja que para mi resulta lo máximo del ambiente y a quienes que conocí en otro portal sw donde siguen activos y donde la invitación a conocer nuevas personas sigue abierta. Llevamos ya 8 años de amistad y aunque en este tiempo han habido algunos alejamientos temporales, seguimos en contacto disfrutando de momentos deliciosos como el que voy a narrar a continuación.
Ella se llama A, tiene 44 años y es bajita, con algunos kilitos demás pero con unas formas que quitan el aliento. El es C, 45, alto fornido y durante todos estos años ha demostrado ser un esposo complaciente, atento a las necesidades de su esposa y dispuesto a mantener la relación muy viva.
La pandemia nos había tenido encerrados ya casi cuatro meses durante los cuales el contacto solo había sido por whatsapp y llamadas telefónicas pero supongo que llegamos el punto en el que ya no pudimos aguantar más y decidimos vernos, como otras veces en su casa, el lugar donde hemos llevado a cabo los encuentros más intensos e increíbles. La confianza que nos tenemos le permitió a C pedirme una botella de vino, el cual a él particularmente le gusta mucho y les ayuda a ambientar nuestros encuentros, así que de inmediato lo conseguí. La misma confianza me permitió hablar con A y pedirle algo que desde hace tiempo yo venía fantaseando. Su casa, al sur de la ciudad, es muy bonita y muy amplia y su alcoba está en la parte alta lo que permite una intimidad increíble con respecto de las personas que están en la parte baja. Hay una escalera que da directamente a su sala y siempre había imaginado ver a A bajar esa escalera con una minifalda y sin ropa interior, así que le hice esa petición: aparecer de repente bajando la escalera, con tacones, minifalda y sin ropa interior. Ella dijo que me iba a complacer.
Llegó el viernes indicado y salí de la oficina a las 3:50 de la tarde. Tomé camino hacia el sur con la botella de vino y las ganas de disfrutar al máximo. Es increíble lo lento que pasa el tiempo y lo pesado que se hace el tránsito para llegar al cielo.
Me estacioné, bajé del auto, me acomode el saco y saqué la botella de vino; de inmediato se abrió el portón y ahí estaba el buen C con su sonrisota invitándome a pasar y agradeciendo que hubiera podido acompañarlos esa tarde. Nos dimos un fuerte abrazo y de inmediato metió la botella de vino al refrigerador mientras comenzó la plática y nos pusimos al tanto de todo lo que habíamos hecho en ese tiempo. La amistad que surge en este ambiente es muy fuerte pues C y yo comenzamos a platicar de la pandemia, del encierro y terminamos platicando algunas cosas muy personales, cosas que quizá no platico yo siquiera con personas muy cercanas a mi.
Habrán pasado diez minutos cuando se escucharon unos pasos en el piso de arriba y mi pulso comenzó a acelerarse. No era la primera vez que veía a A bajar esa escalera, y no será la última, pero trataba de imaginar lo que iba a ver y esa sensación me comenzó a agitar y a elevar la excitación. De repente los pasos llegaron a la escalera y la visión comenzó a tomar forma, una forma conocida, con unas pantorrillas que venían bajando despacio la escalera y que iban revelando unos muslos deliciosos, blancos, torneados y medio cubiertos con una microfalda de mezclilla que no cubría NADA y una blusa azul de tirantes con un escote precioso. Su sexo totalmente depilado estaba a al vista y cuando se detuvo faltando 4 escalones su pelo chino hermoso, su sonrisa desenfadada y su boca hermosa me dejaron sin aliento.
- ¡Hola! Que milagro, ¿cómo has estado?
Volteé a ver a C y estaba con la boca más abierta que yo, sostenía una copa en la mano y sin decir nada se levantó y se quedó admirando a su esposa como si nunca la hubiera visto así; más tarde me confesaría que la sorpresa había sido también para él, y me agradeció que le hubiera pedido ese detalle.
Avancé a la escalera, tomé su mano y le ayudé a bajar los últimos escalones mientras se hacía obvia la erección en mi pantalón la cual ni siquiera me tomé la molestia de disimular.
- ¡Hola hermosa! Estás mucho más sensual de lo que podría haber imaginado. En verdad que te ves fabulosa.
- Gracias, ¿te gusta? No sabía qué ponerme
La besé en la boca, muy profundo, como nos gusta, como le fascina que la bese. La conduje hacia el sofá y se sentó intentando ocultar su entrepierna, pero era imposible. Sin avisar y sin recato alguno pudo probar la dureza de mi erección con la mano
- Que delicia, parece que si te da gusto verme
No pude contestar porque me besó con una intensidad increíble, llena de pasión y deseo. C llegó con tres copas, la botella de vino ya abierta y con el vino fresco, el cual nos sirvió, después del brindis por el gusto de volvernos a ver nos sentamos lo tres en el sofá, para amenizar la plática, o al menos intentar platicar. Yo la escuchaba pero ya no pude poner atención a lo que me decía, estaba perdido en su cuerpo, en su perfume, en el color de su labial. Puse mi mano en su pierna y comencé a acariciarla mientras le respondía sus preguntas de manera automática cuandode repente C puso la mano en su pecho tocando una teta y la besó. Ella comenzó a reír.
- ¡Esperense! no sean desesperados, vamos a tomarnos el vinito y ponernos al tanto.
Acerqué su cuello a mi cara y aspiré el aroma de su perfume. Supongo que ahí se dió cuenta que C y yo ya nos habíamos puesto al corriente por lo que la plática no iba a seguir. Comencé a besarla y a morder sus labios; ella tiene una fascinación por mis besos y yo tengo una fascinación por cómo besa ella. Me desabotono la camisa y cuando me la quité volví a besarla mientras ella cerraba los ojos y recostaba su cabeza en el sofá. C bajó su blusa y comenzó a lamer sus tetas, a mordisquear despacito sus pezones y ella perdió toda resistencia ante nosotros. Separé sus piernas y pude comprobar con mis dedos que había comenzado a mojarse aunque ya lo imaginaba por lo agitada que estaba su respiración. Subí su pierna a mi pierna dejando su sexo abierto, introduje dos dedos comenzando a estimular por unos minutos mientras seguía mordiendo su lengua cuando de repente C se levantó del sofá y fue a meter una segunda botella de vino al refrigerador. Esto hizo que ella abriera los ojos, se incorporara y comenzó a quitarme el cinturón con desesperación, buscando mi miembro y lo encontró para comenzar a mamar de una manera muy muy intensa. Cuando C regresó se quedó viendo la escena, sonriendo, el rostro de A cubierto por su melena china mientras me hacía un oral profundo, haciéndome respirar pausado, haciéndome tener espasmos que me hacían cerrar los ojos y agradecer por estar donde estaba.
Pasaron más de 5 minutos y se detuvo
- ¡Vamos arriba, aquí es muy incómodo! - Dijo A con una mirada de mando que no dejaba lugar a replicar de parte de ninguno.
- Si - dijo C mientras volvía al planeta tierra
- Vamos - respondí.
Tomé su mano para ayudar a levantarla. En verdad que no puede existir en este mundo nada más hermoso que una mujer que llega a seducir, a gustar, a agradar a un hombre y en ese momento dudo yo que hubiera podido haber una mujer más hermosa que A. La tomé de la cintura y comenzamos a subir la escalera mientras volteaba le hacía con la mano la seña a C de que se quedara unos minutos abajo. La visión de A subiendo, con sus nalgas a la vista, con esos muslos que me iban a atrapar en unos minutos más nos hizo a C y a mi vernos de una manera tan cómplice, que solo pudimos sonreír uno con el otro.
Entramos a la alcoba y comenzaron unos minutos de besos profundos, miradas de complicidad, sonrisas y más besos.
- Gracias por venir guapo, ya tenía muchas ganas de besarte
- Sabes que yo hubiera venido en cuanto me lo pidieran, pero nunca está de más la precaución. Gracias a ti por lo que me acabas de regalar, en verdad no sabes lo hermosa que te ves.
- Bésame y no dejes de hacerlo
Le quité la blusa y acaricié sus senos y ella quitó mi pantalón que quedó en el suelo junto con mis zapatos para seguirnos besando con una desesperación que pocas veces habíamos sentido ella y yo. Me tomó de la mano y me llevó a un banco de madera que está a los pies de su cama king size donde se sentó. Levantó su vista y me miró con una cara seria, muy seria
- Quiero mamarte corazón, quiero mamarte muy delicioso.
- Adelante hermosa, es toda tuya, para esto vine. Cometela entera
Todas las mujeres saben a su manera complacer a un hombre, todas. Algunas tienen la suerte de haber aprendido un poco más, y otras tienen la verdadera fortuna de además de saber complacer a un hombre, disfrutarlo, A es una de estas últimas. Disfruta recorrer mi verga con su lengua, sabe estimular, sabe donde apretar más, donde mordisquear despacio, cuando detenerse para darme un respiro. Todo esto mientras su melena se revuelve entre mis dedos y me hace un oral profundo, donde no deja nada de mi miembro fuera de su boca. Voltea a verme mientras ríe y me doy cuenta que C lleva varios minutos viendo la escena en la puerta de la alcoba mientras se toca discretamente . Ya puso música pero juro que no lo había notado.
- Ya comenzaron sin mi
Me toma de la mano me conduce a la cama, a esas sábanas pulcras, listas para ser testigos de un encuentro más entre los tres. Nos abrazamos, nos besamos, acaricio sus nalgas, acaricio su espalda, acaricio sus piernas, mi lengua juega con sus pezones. Beso su cuello y ella me muerde los hombros todo bajo la mirada atenta de C que está sentado en un buró junto a la cama y toma su teléfono para comenzar a tomar algunas fotos. El jugueteo de caricias y besos continúa por varios minutos, no se cuantos y yo noto por la intensidad de sus besos y de su respiración que cada vez está más excitada. Se pone boca arriba
- Quiero que me hagas un oral delicioso, como sabes que me gusta
Yo estoy deseando que me lo pida. Su pubis está perfectamente depilado y cuando abre sus piernas deja ver su humedad que ya desborda sus labios. Aspiro para oler el aroma de su excitación y me quedo en trance mientras ella contiene la respiración
Mi lengua tiene una fiesta privada, mi lengua se convierte en un juguete sexual para ella que no tiene límites. Ella disfruta, yo disfruto y C sienta a su lado; ella toma su verga para comenzar a mamar, suavemente.Continúo comiendo su coño, sigo metiendo mi lengua hasta donde puedo, hasta donde me alcanza y ella sigue mamando a C, que no quita la mirada de la manera en que le hago oral a su esposa. Pasan varios minutos pero no se viene, no se quiere venir. A ella no le gusta el orgasmo así, ella quiere ser penetrada, quiere sentir la verga y quiere disfrutar. Deja de mamar a C que va por un condón a toda prisa, pone mi mano en el hombro y me acerca a ella, urgiendo a que la penetre me dice al oído
- Dame verga, Ya!!
C pone una almohada bajo su espalda y yo entro en ella, de un golpe, profundo. Su gemido se escucha por toda la casa y comienzo a penetrar, a embestir en un vaivén frenético que la hace estremecerse, que la hace mojar aún más. Levanto sus piernas y comienzo a embestir de una manera más salvaje, como le gusta, sin detenerme mientras ella no para de gemir
- ¿Te gusta esposa?
- Si, me fascina
- ¿Te gusta sentir la verga de Hugo?
- Me fascina su verga, me gusta cómo me lo hace ya lo sabes
- ¿Quieres que lo siga invitando?
- Si, traelo más seguido
Me acerco a ella y nos besamos de nuevo, y comienzo a hablarle al oído mientras la penetro más suave
- Me fascinas hermosa, no imaginas cómo disfruto estar contigo
- ¿Si? ¿te gusta mi cuerpo? ¿Te gusta cómo te mamo la verga? ¿Te gusta meterme la verga?
- Me gustas toda corazón, me gusta disfrutarte y me gusta disfrutar estos momentos
No lo veo, pero sé que C está grabando a detalle. Más adelante me compartirá el video de este momento donde puedo ver el cuerpo de A recibiendome, donde puedo ver la manera que sus piernas se entrelazan en mi cintura y donde se puede escuchar el murmullo de lo que nos estamos diciendo al oído. Donde puedo ver las contracciones que tiene con cada embestida que doy.
Sigo dentro de A, embistiendo fuerte, levanto más sus piernas y acomodo mi miembro hasta lo más profundo de su cuerpo y de repente comienzo a escuchar esos gemidos más suaves, más cortos y más agudos. C se acerca y le besa la boca, acaricia su cabello y toma su mano que lo aprieta hasta clavarle las uñas en el dorso. El voltea a verme y me hace un gesto que me indica que está por venirse, que aumente el ritmo y la fuerza y yo lo hago.
De repente todo en silencio excepto la música que suena en toda la alcoba, y ella se detiene. Él besa su boca mientras las manos de A toman mis nalgas y las presionan contra ella de una manera que mi verga está en su parte más íntima y más profunda. Y deja escapar un gemido
- Aaaaaaaaahhhh
Y otro gemido, y otro más. C la besa y ella me indica con sus manos que continúe embistiendo y lo hago de una manera brutal. Fuerte, profundo y choque de cuerpos es tan intenso que el sonido se escucha ensordecedor.
- Me estoy viniendo.....!!!!
Sus espasmos son de verdad una delicia. Estoy quieto, con mi verga hasta adentro de su cuerpo y ella se mueve a placer para que esta pueda tocar cada parte que ella desea. Siento cómo moja, siento cómo escurre y siento cómo sus piernas comienzan a temblar hasta que se relajaran y bajan hasta que las plantas de sus pies quedan sobre el colchón. Y sonríe, traviesa, y respira agitada, y se toca el pecho y sigue sonriendo. Y me mira y me avienta un beso y me dice "gracias!" solo moviendo la boca
C le acerca la copa con más vino y ella me invita después de beber un gran sorbo. Rellena la copa que termina con la primera botella así que baja por la segunda botella y nos deja a solas. Me tumbo sobre A y la beso, y la vuelvo a besar, y la acaricio, y toco su sexo con mis dedos. Ella está apenas recuperándose de esa pequeña fuga que acaba de tener. C ha regresado y nos llena la copa que nos da un vino más dulce, más suave y más frío, que refresca y nos da una sensación de relajación que a mi me invade, pero al mismo tiempo aumenta los deseos de seguir haciéndolo. Ella está riendo, acostada y nos mira a los dos.
- ¡Qué cara tienen! Debería tomarles una foto para que vean la manera en que me miran
Se recuesta en las piernas de C que acaricia su cabello; yo me recargo en la cabecera y la veo desnuda y satisfecha, pero haciéndole saber con la mirada que esto aún no termina y que solo es un descanso para continuar. Platicamos, ella sigue agitada pero continúa riendo y acalorada.
- Cambia de música amor - le dice a C pues comenzó algo más relajado y a ella le gusta la música más movida.
C se levanta por el control y busca una lista de canciones y cuando voltea A está de nuevo mamando mi verga mientras sigo recostado en la cabecera de la cabecera, con una almohada en la espalda disfrutando de la maestría de esta hotwife con la boca. De repente C se avienta a la cama y con la mirada de un niño travieso comienza a entrelazar sus piernas con las mías
- ¡Danos una mamada doble!
- Cómo!!??
- Si amor, ahora vas a ver
Una pierna mía queda sobre una pierna de él, y viceversa lo que deja las dos vergas una junto a la otra. La diferencia de tamaño y de grosor es evidente y no dejo de sentir orgullo por ser el bull que esta pareja ha elegido. Pero solo eso, no hay medidas, no hay tamaños y nadie compara nada.
- ¡Eso es trampa, no voy a poder!
- Si amor, te dije que tenía ganas de hacer algo así, andale por favor.
- ¡No me caben en la boca!
Y comienza una escena que vuelvo a ver y a ver y a ver y me sigue provocando dudas con respecto de la manera tradicional que tiene el resto de la gente para disfrutar el sexo. Claro que esta es la manera correcta!! Claro que el resto de los mortales deberían probar esta manera de disfrutar pues no hay cosa más excitante y deliciosa que el sexo entre más de dos personas.
Por supuesto que caben las dos vergas en la boca a A. Hay un video que da prueba de ello, y no solo caben, es capaz de hacer oral doble hasta el fondo de su garganta. Mama desesperada, una, otra, las dos al mismo tiempo. Mama una mientras masturba la otra. C deja de grabar cuando siente exceso de placer, pero de inmediato regresa a grabar para no perder detalle del momento. Yo quito su melena de su cara para que C pueda grabar completo, y logro ver que A tiene los ojos cerrados mientras mama con frenesí dándonos la mejor visión que hasta ahora hemos tenido con ella.
- Hey!! que paso??!!
- Perdón - dice C
- Te veniste!
- Es que no pude aguantar, lo siento
Se limpia el semen de la mano y la boca con una toallita mientras no deja de reír. C está apenado conmigo
- Perdón, en verdad no me pude aguantar, estaba mamando muy rico
- No te preocupes amigo.
A tiene una característica a la hora del sexo. Cuando pasa algo inesperado le gana la risa y se le baja la excitación casi de inmediato, y este momento no es la excepción. No deja de reírse y me contagia, y comienzo a reírme también
- Amor, te hubieras aguantado, o por lo menos me hubieras avisado. Ahora tengo que limpiar a Hugo porque lo salpicaste!.
- Perdón, de verdad que no me pude aguantar, es lo más rico que has hecho.
C se levanta a servirle vino mientras ella me limpia con una toalla húmeda y una vez que termina de limpiarme da un sorbo al vino y de nuevo me mira fijamente con cara de seria
- Agarrate, que vas a ver las estrellas
Toma aire profundamente y me despega el alma del cuerpo. Si el oral junto a la cama fue delicioso, este es de novela. Son más o de quince minutos donde su lengua, sus labios y su garganta se deleitan con mi verga, y esta responde firme, durísima y alcanzando su tamaño máximo que puede ofrecerle a una mujer tan sensual.
- Vente en su boca, quiero grabarlo - me dice C casi al oído
Lo que sigue está en un video que me compartieron hace unos dos meses y que muestra los tres últimos minutos de un oral que bien puede ser utilizado como lección, para que los hombres vean cómo se le da verga a una mujer y sobre todo, cómo recibe verga una mujer cuando está haciendo el oral
La escena final es un zoom donde termino en su boca en un baño de semen que le escurre a A desde la boca a la funda de la almohada, las fundas que no van a cambiar para dormir. Ella mama hasta que simplemente me desvanezco, hasta que me resulta imposible soportar su boca dando placer. Ella no deja de mamar aunque le ruego que se detenga y entiendo a C cuando me dijo que simplemente lo estaba mamano muy delicioso.
Que mujer, que hembra, que esposa, que puta. Toma mi verga y comienza a llenar de semen sus mejillas, sus labios. Levanta mi verga y comienza a pasar su lengua por la base de mis testículos y ya no puedo más. Se ríe.
- ¿Te gustó esposo?
- Sabes que si. Me fascina cuando se vienen en tu boca
- Hugo estaba muy cargado amor, casi me ahogo
- Es por el encierro- les digo y estallamos en carcajadas.
A continuación vienen unos minutos donde no siento las piernas y si cierro los ojos veo texturas extrañas, donde C besa en la boca a A de una manera muy intensa y yo los observo. Me acerco y acaricio las tetas de A, atreviendome a interrumpir este momento de pareja, pero ella toma mi mano y la acaricia mientras no deja de besar a C que cierra los ojos y disfruta a su mujer.
No sé cuántos minutos pasan y la plática se llena de risas, de preguntas, de comentarios de lo que acaba de suceder. De repente A se levanta, me toma de la mano y me lleva a la regadera donde el agua caliente resulta ser un baño de endorfinas. Ella se enjabona mientras yo la observo con su melena recogida y su cuerpo desnudo. Termina y comienza a enjabonarme con una dedicación que me emociona mientras C en la cama está viendo lo que acaba de grabar, la sombra en la pared me permite saber esto sin verlo.
Cuando nos metemos debajo del agua ella comienza a lamer mi pecho, a tocar mi verga y a buscar mis labios para besarme. La abrazo, toco sus nalgas y comenzamos un momento de dos, un momento donde C nos permite estar a solas para que podamos acariciarnos, para que los besos sean sin testigos, para que yo pueda ser la fantasía privada de ella. Pienso en esto y agradezco poder tener la confianza de esta pareja tan abierta, tan entregada, tan dispuesta a disfrutar. La ducha de su casa tiene una esquina donde puede uno sentarse y A me toma de la mano, se sienta y comienza a mamar de nuevo, para despertarme, para invitarme, para hacerme saber que esto aún no termina. El agua caliente mezclada con su saliva generan una sensación de efecto inmediato en mi cuerpo y mi verga le indica que el show va a continuar.
Nos secamos y regresamos a la cama, donde C se ha levantado para entrar ahora él a la ducha. Y nos vuelve a dejar la cama para nosotros, que no vamos a desperdiciar el tiempo. Pasan unos minutos y C sale secándose para levantar la mirada y ver que estoy penetrando a su esposa otra vez, y ella está de nuevo con las piernas apoyadas en mis brazos, gimiendo. Pero ahora C no va a ser solo un espectador. Le pide a A que se ponga en 4 para que yo la penetre mientras ella mama su verga; ahora le toca a C dirigirnos, le toca ver lo que quiere, le toca ponerla como a él se le antoja. Y lo complacemos.
La vista que tengo de las nalgas de A y de su espalda recta me pone muy muy caliente. Y esta calentura aumenta cuando C aparta su melena lo que me permite ver que ya está mamando. Separo sus piernas con mucha delicadeza y la penetro. Suelta un gemido y lo que sigue son minutos donde C cierra los ojos, levanta la cabeza, la observa, le dice cosas al oído.
- ¿Te gusta que te lo hagamos así, esposa?
- Mjú
- Te gusta con dos?
- Mjú
- ¿Quieres que lo volvamos a hacer pronto?
- Mjú
- ¿Te gusta la verga de Hugo?
- Mjú
La charla continúa y escucho, y cada pregunta que le hace C a su esposa me excita, y embisto más fuerte, y A deja escapar gemidos sordos
Continuamos hasta que A deja de mamar y su respiración de nuevo comienza a entrecortarse y a volverse más agitada. Es la señal que espera C para pedirme que me detenga y le da oportunidad a A de ponerse boca arriba para que la penetre como a ella le gusta. Levanto sus piernas y embisto profundo mientras C acerca su verga a la boca de A que la toma con desesperación y comienza a mamar mientras sus gemidos aumentan de ritmo.
Y de nuevo el silencio y ese momento que todo se detiene, y estalla en un grito. Pero todo es más intenso. Tiembla, aúlla, grita, toma la verga de C y la mama de una manera intensa que él no puede aguantar y se viene en su boca otra vez. Pobre, se lo que es eso, conozco la manera que mama ella cuando siente la leche en la boca. Y es demasiado para él que se retira sin poder aguantar. Yo sigo embistiendo y de nuevo ese sonido de los cuerpos chocar me resulta un estimulante que junto con sus gritos hacen que reconozca ese espasmo que comienza en mis testiculos y acaba en un grito de placer cuando comienza mi orgasmo. A veces trato de ser discreto para no quedar como escandaloso, o para que la gente no piense que exagero. Mi grito de placer es un aullido de macho satisfecho. Mi grito de placer es un eco que yo dejo en esa habitación donde una hotwife me está haciendo disfrutar como nunca. Mi grito de placer es una petición a esta pareja para que me sigan considerando parte de sus fantasías.
Los tres estamos agotados, los tres estamos extasiados. A me pide que no saque mi verga y puedo sentir que por dentro sigue contrayéndose y quiere extender esta sensación hasta donde le sea posible. C está acostado junto a ella acariciando su cabello, besando sus tetas, diciéndole algo al oído que hace que A sonría y asienta con la cabeza. Yo estoy entre sus piernas a medio orgasmo, tratando de asimilar lo que acabo de experimentar. Nos conocemos desde hace 8 años pero es la primera vez que sentimos algo así. Y lo decimos, y lo platicamos, y nos preguntamos entre nosotros que fue diferente. Queremos saber que creó esta atmósfera para volver a hacerlo igual.
CC le acerca el resto del vino que A se toma para aliviar la sed, me invita el último trago que acepto gustoso. Estoy fundido, en verdad estoy mareado, con la cabeza en otro universo, con los sentidos totalmente llenos. Estoy tratando de recordar todas las veces que he estado con alguna pareja, que he estado con A y C y no recuerdo algo tan intenso.
Me dejo caer sobre el pecho de A mientras mi verga experimenta el último reflejo y ella lo percibe. Y nos besamos, y nos besamos profundo, y mi lengua le hace saber que estoy totalmente embriagado con ella, y su lengua me hace saber que ella está llena de mi. Y por un momento somos un hombre y una mujer que acaban de tener una experiencia irrepetible.
- Te quiero mucho guapo, me acabas de hacer sentir algo que no habíamos sentido - me dice ella al oído.
- Yo te quiero mucho hermosa, y no puedo explicarte lo que acabo de experimentar con ustedes esta tarde - le respondo
Ahora tengo un problema: debo manejar desde el sur de la ciudad hasta la colonia Nápoles un auto estándar, cuando mis piernas no me dan ni para bajar 14 escalones.
Agreguen el vino.
Agreguen el diluvio de endorfinas.
Agreguen que ya son las 8 de la noche.
Agreguen que comenzó a llover e Insurgentes se complica más de lo normal.
Cuando llego a Mixcoac sigo sintiendo ondas que me bajan por las piernas hasta la punta de los pies. Y yo solo quiero descansar.
No se si lo vayan a leer, pero A y C, esto es lo que viví con Ustedes un viernes por la tarde del pasado agosto, en su cama, en sus sábanas, en su intimidad.
Gracias